5 de febrero de 2016

Francia y su nueva política ecologista

En marzo del año pasado, el parlamento francés aprobó una ley cuya exigencia plantea que parte del techo de las edificaciones tengan plantas o paneles solares. Si bien esta medida es más limitada que las peticiones de los activistas medioambientales (quienes pedían la totalidad de la superficie del techo con plantas) es sin duda un avance en un país donde, según datos del 2014, en la matriz energética de Francia el 41,53% correspondía a energía nuclear, el 32,37% a petróleo y un 13,59% a gas natural, contra el 2,74% dedicado a energías renovables, de los cuales solo 5 GV (Gigavatios) corresponden a energía fotovoltaica (un 1% de la producción total del país).

Entre los beneficios que traen los "techos verdes" es el efecto aislante que ayuda a reducir la cantidad de energía necesaria para calefaccionar el edificio en invierno y enfriarlo en verano. Además de retener el agua de la lluvia, reducir los problemas de la escorrentía y favorecer la biodiversidad, siendo de refugio para las aves que necesitan anidar en la ciudad.
 
Los tejados de los edificios con plantas y arbustos ayudarán no solo a proporcionar espacios verdes en zonas urbanas, sino también jugarán un papel importante en la reducción del efecto urbano de la "isla de calor", el cual se produce cuando las áreas urbanas se construyen destruyendo la vegetación local y retienen más el calor, incrementando la temperatura de la ciudad entre 1,8°C y 5,4°C.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario